martes, 16 de febrero de 2010

VINCENT VAN GOGH: El estallido del color





* La siguiente muestra son imágenes de las pinturas originales; para ver muestras de réplicas se debe buscar en páginas anteriores, en los archivos del blog: Las Meninas, Petite Exposicion (publicadas en diciembre de 2009) y en Paso a paso de una réplica (página publicada en enero de 2010).
Lo de esta página será algo así como una gran retrospectiva de su obra, con 46 pinturas y en una sola página.
Queda entonces cordialmente invitado... ¡Goce y deleite a Van Gogh!
(No olvide hacer un click sobre la imágen para apreciarla en una mayor resolución, que a veces son de una exquisita definición).

CONTENIDO:
Algo de su vida y obra ( 22 pinturas);
Van Gogh por el mundo ( 15 pinturas);
Autorretratos ( 9 pinturas).


ALGO DE SU VIDA Y OBRA



Zapatos. Metopolitan Museum of Art, New York (44 x 53 cm).


Vincent Van Gogh nace un 30 de mayo de 1853 en Groot Zundert, ciudad holandesa del Bramante Septentrional limítrofe con Bélgica. Como primogénito de una numerosa familia ya a los 16 años debe ayudar al sustento del hogar. Por intermedio de un tío que era socio de la Compañía de Arte Goupil, de gran prestigio internacional en el rubro del comercio del arte, ingresa como dependiente en la sucursal de La Haya en 1869; en 1873 será traladado a la sucursal de Londres; en 1875 llegara a París a la Galeria Goupil de esa ciudad. Definitivamente siente que el comercio no es lo que le satisface renunciando a su trabajo y acepta una misión evangelizadora en un pueblo minero donde se percata con horror el resultado de la Revolución Industrial, de una extraordinaria riqueza que obtienen los patrones a costa de la miseria de todo un pueblo lo que le deprime profundamente. Ésta experiencia dejaría cicatrices en su espíritu que le acompañarían por el resto de su vida. Allí junto con llevar algún tipo de consuelo con fe comenzaba a dibujar del natural,dejando toda una galería con retratos de la vida minera. Ha comprendido que lo plástico le permite interpretar su descontento social, su propia negación del orden burgués. Es así que decide estudiar dibujo en Amberes tomando cursos de anatomia y perspectiva. Visita los museos y queda muy impresionado con la obra de Rubens, gran pintor del Barroco flamenco que le inspira sus primeros óleos bajo la supervisión de su primo pintor Mauve, con quien trabaja en Neunen. Vive en la indigencia, pero no renuncia a lo que ya considera su profesión. Ha descubierto las estampas japonesas que constituirán junto con la obra de Rubens, Delacroix y Millet los pilares de su construcción pictórica.



Camino con alamos. Museo Boijmans-van Beuningen, Roterdam (78 x 98 cm).



Los comedores de patatas. Museum of Modern Art, New York (82 x 114 cm).

Decide viajar nuevamente a París donde está su hermano Theo que ahora ocupa su puesto en la Galeria Goupil. Theo le ha manifestado su compromiso para ayudarle en su desarrollo, compromiso que asumirá hasta sus últimos días.
En París se vincula con los nuevos pintores, ya críticos del impresionismo y que buscan nuevas orientaciones; Bernard, Gauguin, Pissarro, Seurat , Signag y Toulouse-Lautrec son los que discuten las nuevas soluciones plásticas, buscando ir más allá de la fiel representación objetiva. Algunos pondrán énfasis en los toques de pincel, mientras otros verán en lo arbitrario de los colores planos un modo de expresión más auténtico con la creación libre. Van Gogh analiza una y otra tendencia y experimentara sus propias soluciones.



Vista de los techos de París. Museum Van Gogh, Amsterdam (54 x 72.5 cm).



Puentes a través del Sena. Fundación E.G.Bürle, Zurich (52 x 65 cm).



Mujer en el café de Tambourin. Museum Van Gogh, Amsterdam (55.5 x 46.5 cm).


Sabiendo Toulouse-Lautrec de la admiración que Vincent siente por el exuberante cromatismo de las estampas japonesas le recomienda que viaje al sur de Francia, buscando una luz más intensa.
Van Gogh viaja a Arles y se siente como en Japón. Su producción durante este periodo sera intensísima y con la seguridad de haber encontrado una solución auténtica; ídonea expresión de sus pasiones y sentimientos a través del color y de su pincelada que adquiere un dinamismo muy particular. Al mismo tiempo que madura como artista, sus crisis nerviosas se acentuan, y los excesos de ajenjo y la frugal alimentación sólo contribuyen a empeorar su situación.
Su arte ha llegado a su madurez reflexiva; ha captado la naturaleza íntima de los objetos, hasta los más simples y fútiles tienen para él una presencia esencial trasladándolos a la tela con emoción vertiginosa lo que da como resultado composiciones de gran armonia y de un colorido deslumbrante.


Melocotonero en flor. Museum Köller-Müller, Otterlo (73 x 60 cm).



Terrasa de café de noche. Museo Kröller-Müller, Otterlo (81 x 65.5 cm).



Llanura de La Grau, cerca de Arles. Museo Van Gogh, Amsterdam (73 x 92 cm).



La Mousmé. National Gallery, Washington D.C. (74 x 60 cm)


Dormitorio del artista en Arles. Musée d'Orsay, París (56.6 x 74 cm).



El cartero Roulin. Museum of Fine Arts, Boston (81.3 x 65.4 cm).



Olivos. Museum Kröller-Müller, Otterlo (72 x 92 cm).



Puente de Langlois con lavanderas. Museum Kröller-Müller, Otterlo (54 x 65 cm).


La angustia le acorrala más y más y una nueva crisis después del conocido altercado con su amigo Gauguín le lleva a tomar la desición de internarse en el Hospital mental de Saint Rémy. Voluntariosamente se somete al tratamiento médico y una vez pasada la crisis le permiten salir a pintar los alrrededores del hospital donde encuentra plantaciones de lirios que serán inspiración para varias telas de este periodo que aún resultan tan vibrantes como las mejores de Arles, eso sí que ya no vuelve a pintar con la misma intensidad.


Jarrón con lirios sobre fondo amarillo. Rijkmuseum Vincent van Gogh, Amsterdam (92 x 73.5 cm).



Paisaje marino en Saintes Maries. Rijkmuseum Vincent van Gogh, Amsterdam (51 x 64 cm).



Camino con cipres y estrella. Museum Kröller-Müller, Otterlo (92 x 73 cm).


Trigal con segador a la salida del sol. Rijkmuseum Vincent van Gogh, Amsterdam (73 x 92 cm).



Su enfermedad se encarga de traerle nuevas desesperaciones, nuevos vacios, siente desprecio por su vida, la angustia oscurece su horizonte, le abruma de tristeza.
Vivira sus últimos dos meses en el pueblo de Auvers-sur Oise, y aunque no deja de pintar, sus obras reflejan que poco a poco se va apagando su fuego interior, manifestando el desconsuelo de quien siente que ha arriesgado su vida por nada; no quiere ser una carga para su hermano Theo y opta por el suicidio disparándose en el corazón, quedando agonico por dos días, días que sera asistido por su hermano Theo y por un amigo, tratante de su neurosis, el Dr. Gachet, que le acompañaran hasta el momento de su muerte.
Dejaba así la vida el hombre, pero quedaba una obra cuantiosísima que permite retratarle de cuerpo entero, acercándose a lo más íntimo de su personalidad, a sus pasiones e ideales, en fin a los secretos de su extraordinaria manera de representar.



Trigal nuevo con salida de sol. Colección privada (71 x 90.5 cm).


Retrato del Dr. Gachet. Colección privada (66 x 57 cm).



Campos en Cordeville, en Auvers-sur-Oise. Musée d'Orsay, París (73 x 92 cm).



Campo de trigo con cuervos. Rijkmuseum Van Gogh, Amsterdam (50 x 100 cm).




VAN GOGH POR EL MUNDO



El molino de la Gallette.Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires (61 x 50 cm).


La desafortunada vida de Vincent van Gogh contrasta enormemente con el éxito posterior de su obra.Todo un extraordinario vuelco, un caso realmente excepsional dentro de la historia de la pintura.
Y es que ni la más optimista predicción o presagio de un Nostradamus del arte hubiese arriesgado en situar la obra de Van Gogh en el sitial que hoy ostentan: exhibición permanente en los museos más prestigiosos del mundo, con dos museos exclusivos para sus obras (Museo Kröller-Müller en Otterlo y el Rijkmuseum Vincent Van Gogh en Amsterdam) y batiendo récord en el precio de venta de algunos de sus cuadros que han figurado como los más caros del mundo como en los casos de Quince girasoles en un jarrón, Los lirios, El retrato del Dr. Gachet, Autorretrato sin barba, entre otros.
¿Qué pudo provocar tan delirante entusiasmo por la obra de un pintor que en vida apenas vendio un par de pinturas a sus amigos?
Es díficil decir algo determinante al respecto, y la respuesta permanece más bien sumergida en el océano de la subjetividad.
Lo cierto es que las vanguardias del siglo XX, francesas y alemanas, verían en su obra el germen de una nueva concepción de la pintura y lo alzarian como uno de los pilares fundamentales del arte contemporáneo.




Los lirios. J. Paul Getty Museum, Los Angeles, California (71 x 93 cm).



La noche estrellada. Museum of Modern Art, New York (73 x 92 cm).



Campo de trigo con cipreses. National Gallery, Londres (72.5 x 91.5 cm).



Quince girasoles en un jarrón.Sompo Japan Museum of Art, Tokyo (100.5 x 76.5 cm).



Catorce girasoles en un jarrón. Neue Pinakothek, Múnich (93 x 72 cm).



Jarrón con lirios con fondo blanco. Metropolitan Museum of Art, New York (73 x 92 cm).



Café de noche. Yale University Art Gallery (72.4 x 92.1 cm).



Campesino. Colección Niarchos, Atenas (69 x 56 cm).


Trigal verde y montañas. Ny Calberg Clyptoteck, Copenhague (70.5 x 88.5 cm).



Viñedos rojos. Museum Pushkin, Moscú (75 x 93 cm).



Mujeres de Arles. Museo del Hermitage, Leningrado (73.5 x 92.5 cm).


Trigal verde con cipres. Narodny Gallery, Praga (73.5 x92.5 cm).



Retrato de joven campesino. Galeria Nazionale d'Arte Moderna, Roma (61 x 50 cm).



Bancas de piedra en los jardines del Hospital Saint Paul. Museu de Arte, Sao Paulo (39.5 x 47 5 cm).


AUTORRETRATOS


Autorretrato con sombrero de fieltro gris. Rijkmuseum Van Gogh, Amsterdam (44 x 37.5 cm).


Dentro de la obra de Van Gogh el tema del autorretrato, junto al de los girasoles y los cipreses, llega a ser el más recurrente; se conocen 35 versiones. Quizás de la impresión de que se trata de un egolatra o un narcisista, mas si se investiga un poco se despeja la duda y es el mismo pintor quien lo deja claro en una de sus cartas a su hermano Theo:

"Se dice- y yo así lo creo- que es díficil conoserse a uno mismo; pero tampoco es fácil pintarse a uno mismo. En este momento trabajo en dos autorretratos; a falta de otro modelo me pinto a mi mismo."

Van Gogh quiere estudiar el retrato y estando siempre escaso de medios, el mismo es un paciente y comprensivo modelo.
Aquí se puede notar el desarrollo de su técnica comparando los autorretratos que van desde 1886 hasta los últimos de1889. Es notable que en tan corto periodo su avance pictórico y estilístico sea tan radical tanto en su textura como en su cromatismo.
Por otra parte en esta selección se puede constatar el aprecio por la obra de Vincent en todo el mundo, incluso por aquellas que pueden resultar grotescas como los autorretratos con la oreja vendada.



Autorretrato con sombrero oscuro. Rijkmuseum Van Gogh, Amsterdam (41.5 x 32.5 cm).




Autorretrato con sombrero de paja. Detroit Art Intitute, Detroit (34.9 x 26.7 cm).



Autorretrato con paleta. National Gallery, Washington D.C. (57 x 43.5 cm).




Autorretrato para Gauguín. Foog Art Museum, Harvard University, Cambridge (62 x 52 cm).




Autorretrato con la oreja vendada. The Courtauld Gallery, Londres (60 x 49 cm).



Autorretrato con pipa. Colección Niarchos, Atenas (51 x 45.5 cm).


Autorretrato. Musée d'Orsay, París (65 x 54 cm).



Autorretrato sin barba. Colección particular (40 x 31 cm).



martes, 9 de febrero de 2010

RUBENS Y VELÁZQUEZ

En una página dedicada al Barroco edite algunas imágenes de obras de varios de los más célebres pintores del periodo, pero debido a mi predilección por las obras de Rubens y de Velázquez he querido dedicarles una página exclusiva para sus obras más representativas, entregando al visitante una fina selección de imágenes en alta resolución (pinchar sobre la imágen).


Los cuatro filosofos (un autorretrato: el primero de izquierda a derecha es Rubens). Pedro Pablo Rubens. Galleria Palatina, Florencia (164 x 139 cm).



El aguador de Sevilla. Diego Velázquez. Museo de Wellington, Londres (106 x 82 cm).



Rapto de las hijas de Leucipo. Pedro Pablo Rubens. Alte Pinakoteck, Munich (224 x 211 cm).



El almuerzo. Diego Velázquez. Museo del Hermitage, San Petersburgo (108.5 x 102 cm).


Un interesante hecho histórico que vincula estrechamente a estos dos grandes maestros de la pintura de todos los tiempos ha sido el inspirador para esta muestra.
Estando Velázquez ya en la corte de Felipe IV en su labor de Pintor de Camara se le asigno la honrrosa misión de recibir y acompañar a un diplomático de los Países Bajos que llegaba para concertar un tratado de paz entre Inglaterra y España... Este diplomático, especie de Secretario General de la ONU contemporáneo, era el prestigioso pintor flamenco Pedro Pablo Rubens. Yo imagino lo emocionante que debio ser para el joven Velázquez tener tan relevante responsabilidad (Velázquez de 26 años en 1628, año de este acontecimiento; Rubens había cumplido ya los 50 años y un inmenso prestigio a cuestas).
A juzgar por los datos que existen de este encuentro, la estadía de Rubens debio prolongarse por varios meses segun se deduce del hecho que Rubens se dedicara, en paralelo a su misión diplomática, a realizar una serie de copias de pinturas de Tiziano que eran parte de la espléndida colección real. Se sabe que el maestro flamenco sentía gran admiración por la obra de Tiziano, ese hermoso "sol entre las estrellas" de la Escuela Veneciana, que pudo apreciar ya en 1600 cuando visitó por primera vez Italia. Y no por casualidad havian varios Tiziano en la corte madrileña ya que Tiziano fue el pintor predilecto de Carlos V.



Los cuatro continentes. Pedro Pablo Rubens. Kunsthistorisches Museum, Viena (209 x 284 cm).




Mujer friendo huevos. Diego Velázquez. National Gallery of Scotland, Edimburgo (99 x 128 cm).



Cristo en la cruz entre los dos ladrones. Pedro Pablo Rubens. Koninklijk Museum, Amberes (429 x 311 cm).



Cristo crucificado. Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid (250 x 170 cm).


No cabe duda entonces de que debieron ser muchas las reuniones entre Rubens y Velázquez en donde tal vez se discutia sobre temas muy pintorescos. En una de aquellas tertulias se dice que el maestro flamenco le sugiere al sevillano realizar un viaje de estudios a la cuna del Renacimiento. Y Velázquez tomando bien en serio estos consejos realizaría su primer viaje a Italia en 1629, y estaria en ella dieciocho meses, recorriendo con ávido interes toda la peninsula tratando de absorver al máximo la lección de un glorioso pasado aún palpitante.
Sería en Roma donde se radicaria por más tiempo, estando allí un año, y es de este periodo (1630) su magnífica representación mitológica "La fragua de Vulcano".
Entretanto Rubens, ya de vuelta en Amberes continua pintando desenfrenadamente incesantes encargos de las distintas monarquias europeas o de ricos comerciantes para lo cual tiene dispuesto un fastuoso taller donde tiene de colaboradores a pintores de la talla de Antoon Van Dyck o Jacob Jordaens, entre otros varios. Además y en un plano íntimo acaba de casarse por segunda vez. Hélène Fourment, su flamante esposa de dieciseis años será en adelante su modelo predilecta, tanto para las virgenes como para las venus.



El juicio de París. Pedro Pablo Rubens. National Gallery, Londres (145 x 194 cm).



La fragua de Vulcano. Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid (225 x 290 cm).



Las tres Gracias. Pedro Paul Rubens. Museo del Prado, Madrid (221 x 181 cm).



Las Meninas. Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid (318 x 276 cm).



Perseo y Andrómeda. Pedro Pablo Rubens. Museo del Prado, Madrid (265 x 160 cm).



Las hilanderas. Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid (220 x 289 cm).

Quizás una de las diferencias más notables entre Rubens y Velázquez tienen que ver con su desarrollo pictórico. Mientras Rubens recibia encargos de Londres, París, Baviera, Roma o Madrid viviendo intensamente ajetreado, Velázquez aun cuando cumplio también funciones diplomáticas permanecio al servicio exclusivo de Felipe IV durante treinta y siete años, lo que le permitio trabajar sin tanto asedio de clientes. A mi me parece que esto se refleja un poco en sus obras: extroversión en Rubens, más íntimo Velázquez; el movimiento continuo en Rubens, la serenidad de quien está posando en Velázquez; lo fantástico e íncreible en Rubens, el naturalismo en Velázquez incluso en sus escenas mitológicas; etc. Lejos de ser defectos son al contrario soberbias virtudes en sus respectivos estilos de representación.
En fin, aunque no sería ídoneo hablar de vidas paralelas porque en rigor corresponden a dos generaciones distintas, lo cierto es que un día se encontraron y ambos compartieron un mismo intenso y particularísimo ínteres: fascinación por el arte de la pintura.


Nota:
*En este mismo blog hay un artículo sobre Las Meninas (página publicada en diciembre 2009; ver archivo del blog), con fotos de mi réplica en preparación.
*Las dimensiones para una réplica pueden ser trabajadas con las medidas de las originales si así se encarga o a una medida proporcional más pequeña, queda al criterio de quien la encarga.